domingo, 21 de septiembre de 2008

LOS TRES EJES DE LA MERCANTILIZACIÓN


NICO HIRTT:
APROXIMACIÓN A LAS REFORMAS DE LOS SISTEMAS EDUCATIVOS

LOS TRES EJES DE LA MERCANTILIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN

‘Para un año, sembrad cereales. Para una década, plantad árboles. Para toda la vida, educad y formad a la gente’ Guanzi (c. 645 a. C.)

La escuela prostituida, Los nuevos amos de la escuela, La escuela sacrificada, La escuela de la desigualdad, Tabla Negra son algunos de los títulos de las obras de Nico Hirtt, con un título buscadamente provocativo pretende mostrar los mecanismos e intereses que están detrás de las reformas de los sistemas educativos: desregulación, privatización, así como del desmantelamiento de la educación pública en general.

Profesor belga de secundaria fue uno de los fundadores y es militante activo de Aped (llamamiento por una escuela democrática), organización en Bélgica que realiza un interesante trabajo de investigación, publicación y información sobre la educación desde distintas disciplinas, poniendo un especial énfasis en las políticas educativas.

La intención de este artículo es exponer las ideas y aportaciones de Nico Hirtt, estructurándolo a partir de una serie de puntos que se encuentran siempre presentes en su obra y discurso. Uno no hablaría de una estructura recurrente, sino de una lógica de fondo.

1.- Capital y educación en la perspectiva histórica:

Las necesidades del capital2 son, para Hirtt, el motor de cambio de los sistemas educativos, y determinan también la función social que se otorga a la educación. En otras palabras, pone en estrecha relación la economía con la educación, o mejor representado la supeditación de la educación a las necesidades del mercado. Para ello hace un repaso histórico por la escuela y los sistemas educativos. Empieza por el principio del siglo XIX, donde en los países recientemente industrializados la educación, con la escuela primaria, tenía una función de socialización y moralizante. En la segunda mitad del siglo XIX la educación se convierte en un aparato ideológico de estado. En ese sentido, que mejor ejemplo que la Primera Guerra Mundial como testimonio del éxito las sociedades capitalistas europeas en hacer interiorizar el patriotismo.

Ahora bien, a partir de principios del siglo XX la función social de la educación pasa de ser el aparato ideológico del estado a servir a la infraestructura económica. Los avances tecnológicos en las industrias y el crecimiento de la administración de estado requieren de una fuerza de trabajo más formada. De ahí se puede comprender la progresiva apertura de escuelas secundarias. Esta tendencia aumenta fuertemente después de la Segunda Guerra Mundial, treinta años de crecimiento económico donde las innovaciones tecnológicas transforman la industria y exigen una mayor formación a los trabajadores. Además muchos sectores primarios (minería, agricultura) están en clara disminución. Esto lleva a una rápida masificación de la escuela secundaria y gradualmente superior, posible gracias a que el estado aumenta el gasto público y los presupuestos en educación. Está claro que masificación no significa democratización, y de hecho la escuela se convierte en un aparato de reproducción social, si bien todas las clases sociales siguen una educación escolar más larga, las relativas desigualdades sociales se mantienen.

Estas condiciones que marcaron la extensión y masificación de la educación secundaria y superior cambian dramáticamente a partir de los años setenta con un contexto de crisis económica que impondrá gradualmente presiones sobre la educación. Los setenta y ochenta presentan una continuidad con la etapa anterior, explicada por Hirtt sólo por una cuestión de inercia política. Es a partir del final de la década de los ochenta con un contexto económico de exacerbación de la competición económica, de la reducción de los recursos económicos del estado, y sobretodo de consenso y de dominio de un discurso neoliberal que la educación es sometida a presiones y reformas.

2.- De la masificación a la mercantilización de la educación.

Adaptar la educación a un sistema económico en crisis es el punto de partida de las reformas que se están planteando y llevando a cabo. Ahora bien, según Hirtt estas tendencias económicas presentan demandas contradictorias. Es decir, por una parte la situación industrial y financiera, con mayores niveles de competición, y cambios tecnológicos muy rápidos, exige a la educación la formación de trabajadores que se adecuen a las necesidades económicas, para que las empresas regionales, estatales o europeas mejor puedan hacer frente y soportar la competición mundial. Pero, por otra parte hay presiones para reducir las obligaciones fiscales, lo cual se traduce en una reducción de los gastos en educación. La contradicción reside en explicar como es posible por un lado pedir un mayor grado y constante de formación a los trabajadores, y por otro lado reducir los medios y recursos de los sistemas educativos para conseguir estos objetivos.

La resolución de esta contradicción tiene una explicación de doble naturaleza, que se podría distinguir entre mutaciones de fondo y de forma. Para explicar los cambios de fondo deberíamos empezar señalado el proceso de dualización de la economía que se está produciendo, es decir, el sistema económico actual no exige que todos los trabajadores estén altamente formados, ya que, si miramos a los nuevos puestos de trabajo que se han creado en los países mas desarrollados, un 60% de ellos precisan un nivel técnico bajo en formación: vendedores a domicilio, teleoperadores, reponedores, cajeros, etc. Con lo cual, la finalidad no es dar un alto nivel de formación y cultura general a todo el mundo, sino desarrollar unos conocimientos y aptitudes básicas que permitan al trabajador adaptarse al rápidamente cambiante ambiente de trabajo. Se pasa por lo tanto de la educación del saber cognitivo al hacer, pero no a un saber-hacer clásico de una profesión manual, sino a un hacer que pasa por dar unas bases mínimas con ciertas habilidades y conocimientos sobretodo en el cálculo, la lectura, la informática y el inglés. Estas habilidades se irán complementando en función de las necesidades del mercado y del puesto laboral al que el trabajador aspire. Además la idea de estar cualificado queda desplazada por la de ser empleable, palabra que integra la exigencia al trabajador de tener que adaptarse continuamente a las demandas del mercado. La necesidad de la formación a lo largo de la vida se impone, y la aparición de centros que ofrecen cursos flexibles y personales que se adapten a las necesidades y posibilidades del trabajador ilustra esta tendencia.

La nueva concepción de una educación flexible y adaptable responde a la segunda parte de la contradicción, es decir cómo hacer para formar a trabajadores si se reduce el gasto educativo. La solución mágica reside en la privatización y la liberalización de los sistemas educativos, por una parte, con la aparición de centros y universidades que ofrecen cursos privados, así como el gradual encarecimiento de las tasas en los centros de educación superior pública, y por otra parte, con el fomento de la competición entre centros y cursos. Juntamente o incluso de forma anterior al proceso de privatización, podemos hablar de la desregulación y descentralización de los sistemas educativos que se justifica por una mejor y más individual gestión de los centros, favoreciendo las posibilidades de adaptar la formación dada en función de las necesidades concretas de la zona. Ahora bien, los procesos de desregulación y descentralización también implican el traslado de los problemas y del déficit económico a niveles inferiores, y disminuyen la fuerza y experiencia de cambio.

Siguiendo esta lógica económicamente utilitarista de la educación, para reducir las presiones fiscales parece no sólo posible, sino también imperativo parar la masificación educativa, pues resulta demasiado cara para el sistema, y además innecesaria dada la dualización económica. La privatización y liberalización del sistema educativo determinarán las opciones académicas de cada uno en función de sus posibilidades económicas. La contradicción queda resuelta al dejar al trabajador la responsabilidad de formarse y adaptarse a las demandas del mercado, y la privatización permite reducir las presiones fiscales. Un cambio de paradigma de la masificación a la mercantilización define la situación de la educación.

Hirtt explica y resume la mercantilización de la educación como la conjunción sobretodo de estos tres elementos.

El primero seria la adaptación de los programas, las estructuras, las prácticas pedagógicas y los métodos de gestión del sistema educativo a las condiciones del nuevo mercado de trabajo; yendo ciertas disciplinas y conocimientos en detrimento de otros, y estableciendo una jerarquía del conocimiento según su directa utilidad en el mercado laboral.

El segundo elemento se refiere al uso de la educación para estimular ciertos mercados como el de las nuevas tecnologías. No resultaría tan conspirativo afirmar que la introducción de ordenadores en las escuelas es deliberada para hacer que estas pasen a tener un nuevo gasto fijo que las obliga a la continua inversión económica para estar al día, al mismo tiempo que aumenta las demandas en el hogar para adquirir un ordenador6, de lo cual se beneficia el sector económico de las tecnologías. En absoluto tal afirmación pretende promover una actitud de oposición a las nuevas tecnologías, pero si forzar a la reflexión sobre los motivos e intereses que han llevado su introducción a las escuelas, así como cuestionarse el estado de adaptación a la pedagogía y a la educación. La formación no sólo se consigue con un mayor acceso a la información, sino por el uso y el trato que se hace de ella.

El tercer elemento trata de la transformación de la propia educación en producto de mercado, es decir, una privatización que conlleva también una comercialización de las relaciones entre los usuarios (clientes) y las instituciones educativas (proveedores de un servicio).

3.- El AGCS espera una Bolonia completa:

El proceso de mercantilización de la educación lleva a adoptar reformas educativas con contenidos parecidos en los distintos estados de la Unión Europea. Aunque la educación sea una competencia exclusiva de los estados, la Comisión ha jugado un papel activo en la preparación de comunicaciones que están sirviendo como documentos marco en las reformas educativas, alguna a destacar Aprender en la sociedad Memorando sobre la educación y la formación a lo largo de toda la vida, de 30.10. 2000. Cabe señalar aquí la fuerte influencia jugada por ciertos grupos de presión como el lobby patronal E.R.T. -la mesa redonda europea de industriales-, que reúne una cuarentena de representante de las empresas más fuertes en Europa, en la determinación de los temas y contenidos abordados por la Comisión.

De la misma manera que las reformas en el ámbito estatal hay que ponerlas en un contexto más amplio, el europeo. Las reformas europeas hay que verlas inscritas en dinámicas a escala mayor. Por ello, la afirmación de que la educación sigue protegida por la UE dentro del Acuerdo General del Comercio de Servicios (AGCS) genera amplias dudas a Hirtt. Él define más la situación actual de la UE como un estado de aparente quietud predadora mientras se prepara para la acción. Habla de posición dictada de antemano por consideraciones tácticas y no realmente por una defensa del principio de educación pública. De hecho indica que Declaraciones como la de Sorbona o la de Bolonia que demandan y promueven una armonización de títulos, y la creación de un espacio europeo de educación superior, o el Proceso de Lisboa donde se habla ‘de la economía del conocimiento la más competitiva y la más dinámica del mundo’ para el 2010 dan signos evidentes de que los sistemas educativos no pueden permanecer inmóviles. No solamente eso, sino que subraya que una vez la UE haya conseguido arreglarse por dentro estará preparada para salir, o sea, antes de poder tener una actuación en el mercado internacional pretende ser capaz de presentar una producto propio resultado de este proceso propio de harmonización. Por lo tanto, probablemente a la pregunta de si la actitud protectora adoptada por el Comisario de comercio Pascal Lamy, así como los estados miembros en las ultimas cumbres de la OMC respecto al tema educación será (i) la misma a partir de 2010, o (ii) se producirá un cambio de actitud basado en una acción ofensiva, hay muchas evidencias que la segunda opción sea la correcta.

4.- ¿Qué educación? ¿Qué sociedad?:

La siguiente pregunta siempre recae en indicar que tipo de educación se quiere y como debería ser. Claramente la crítica del proceso de mercantilización no supone que el modelo anterior de masificación sea el deseado. Una crítica a la dirección que la educación esta tomando no supone tampoco un ejercicio de nostalgia de tiempos pasados. Las escuelas más progresistas siempre han utilizado un discurso crítico con los modelos tradicionales basados en la obligación del memorizar y no en las competencias de los alumnos y el fomento de sus aptitudes. Estas afirmaciones que pueden en alguna manera parecer semejantes al discurso actual, centrarse en las aptitudes y no la memorística, guardan grandes diferencias, como Hirtt apunta. Una escuela democrática basada en fomentar el espíritu critico, en dar una amplia cultura general, en despertar y promover intereses personales, y animar a la participación y acción en sociedad, es decir, en última instancia proveer con una formación que permite también la adaptación a las distintas necesidades sociales e incluso económicas, pero que no se fundamente sólo en ellas. Este dista mucho de la educación basada sólo en difundir conocimientos básicos, habilidades técnicas y especificas, estrictamente orientadas a las necesidades del mercado.

El valor de la educación pública como pilar básico de las sociedades, instrumento de difusión del conocimiento y disminución de las diferencias sociales se pervierte, ganando terreno una idea de educación competitiva, estrictamente utilitarista y determinada exclusivamente por las leyes del mercado, tanto por el contenido de lo que se enseña, como por el hecho de ser un bien de consumo.

Es probablemente esta última parte referente a las alternativas, modelos y luchas la que se encuentra menos desarrollada y presente actualmente en los artículos de Hirtt, por ser tambiénla más compleja. En cualquier caso, lo que se desprende de sus artículos es que: No hay que resignarse a la escuela neoliberal, aunque tampoco ilusionarse sobre las posibilidades de frenarla rápidamente. Aquello que es importante y necesario es informar e informarse de las dinámicas que determinan las reformas educativas: desregulación, privatización, mercantilización, empobrecimiento de contenidos… e inscribir en las luchas diarias para cambiar la sociedad la lucha por una educación democrática y un saber compartido.

Bibliografía:

Libros:

Hirtt, Nico; De Sélys, Gerard: Tableau noir. Resisitir à la privatisation de l’enseignement, 2003,
Epo, Amberes
Les nouveaux maîtres de l’école: L’ensegnement européen sous la coupe des marchés, 2002,
Epo, Amberes

Artículos de http.//www.ecoledemocratique.org

‘L’AGCS après l’accord du 31 juillet à l’OMC’, 1 setiembre 2004
‘Education Inc.’, 2 junio 2004
‘Résister à l’AGCS, se garder de Bologne’, 9 octubre 2003
‘The ‘merchandization’ of education : not only GATS’, 24 setiembre 2003
‘L’Europe, l’école et le profit’, 21 setiembre 2002
‘Le marché de Bologne. Enseignement supérieur’, 15 julio 2001
‘Les trois axes de la marchandisation scolaire’. Contribution au Forum Mondial pour l’éducation a Porto Alegre, 2001, 12 junio 2001

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