viernes, 19 de septiembre de 2008

Diario. 1 de Octubre. Bienvenida al curso


Realizado por:
Mª Isabel Rodríguez Espino
Ana Vega Petit

Hoy hemos comenzado el curso 2007/2008 y la clase de pedagogía laboral es la última del día. Para presentar la asignatura Lola ha llevado a la clase al profesor Manolo Collado y a un grupo de alumnas del módulo de pintura del polígono sur de la Junta de Andalucía, con sus correspondientes profesores.

Entre Manolo y Ana Mª Montero, directora del MIDE y profesora nuestra en otros años, nos han presentado lo que hacía allí ese grupo de mujeres. Éstas provienen de barrios marginales y nos cuentan su experiencia, mientras se expone un Power Point de fondo con diferentes fotografías del curso.

Manolo nos las va presentando. La primera es Mª Carmen, una madre soltera de 34 años anulada como persona completamente. Sufrió, tal y como dice ella, “violencia machista” y llegó de rebote al curso de pintura. Dice que ha aprendido a valorarse como profesional, como persona y sobre todo como mujer. Tras esta exposición, interviene Berta, alumna de nuestra clase, que les da la enhorabuena y comenta lo sorprendida que está por el lenguaje que utiliza, pues esperaba otro. Opina también, después de una breve intervención de Manolo que dependiendo del profesor, varía tu modo de actuación en clase y de la autoformación.

La segunda en hablar en Mª Ángeles. Tiene 35 años y está casada. Su marido es gitano y tienen 3 hijos. Tiene el graduado escolar y comenzó a estudiar administración, pero se casó y lo dejó. Vivé en las 3000 viviendas y trabaja en los mercadillos. Se informó del curso a través de “Andalucía Orienta”. Nos cuenta que se apuntó por aprender y porque “daban un dinerillo”. Al principio, dice que se vio un poco desbordada pero que “siempre hay tiempo para crecer”. Actualmente tiene medio carnet de conducir y va a sacarse la ESO.

Las siguientes son Rosa y Rosario. La primera es madre de dos niños y nos cuenta poco más porque se emociona. Ella nunca creía que llegaría a lo que ha llegado y esta emocionada porque tantas personas la escuchen y porque algún día su hijo estará sentado en una clase de la universidad al igual que nosotras. Por su parte, Rosario lleva 6 meses en el módulo y entró por lo mucho que le gusta la pintura. Se enteró por medio de “Andalucía Orienta” y está muy contenta.

Ante estas dos historias, en la clase hablan dos alumnos. Primero habla Almudena, que le dice a Rosa que no se preocupe, que “es normal que se emociones, porque no podía imaginar llegar hasta donde ha llegado”. Por otro lado, Germán, que está estudiando el 2º ciclo de pedagogía porque ya tiene magisterio, nos comenta lo sorprendido que está por la bienvenida que estamos recibiendo.

Al escuchar de tantas mujeres que fueron a por información a “Andalucía Orienta”, una compañera de clase, Alicia no comenta que ella al escoger la carrera no tuvo orientación ninguna. Simplemente escogió lo que más le gustaba, que era magisterio, pero se quedó sin plaza y entró en pedagogía.

La siguiente intervención fue de Juan Antonio, un pedagogo monitor del taller. Nos habló de cómo transformó la clase. Al igual que las nuestras, en el módulo las bancas estaban alineadas, de manera que no se veían todos. Explicó que aquello no le gustaba, porque siempre se daban la espalda unos a otros y no se podían mirar todos a la cara. Consecuencia de esto era que no se transmitía lo mismo. Así que hicieron un espacio donde todos se vieran, en círculo, para un mejor y mayor aprendizaje.

Tras Juan Antonio siguieron los relatos de las mujeres del curso. Siguió hablando Isabel una gitana de las 3000 viviendas, concretamente de las Vegas. Tiene 28 años y una niña. Ella al igual que sus compañeras nos dice: “buscamos nuestro sitio en la vida y nuestro sitio entre los gitanos”. A través de los cursos considera que han superado muchos de los obstáculos de las leyes gitanas. No tienes estudios, pero dice estar interesada por aprender y luchar por la vida y por la mujer. Valora mucho lo que tiene porque muchas de mujeres no lo han tenido Por su parte Inma, una compañera nuestra de Lepe da su opinión sobre lo que estamos escuchando. Piensa que “tienen mucho amor propio y mucha fuerza”. Opina sobre el machismo y como aunque en la etnia gitana se vive mucho más de cerca, en la vida diaria también se da con mucha frecuencia.

Ante la pregunta de Manolo de si hay alguien que es feminista, Inma dice que ella no se considera feminista pero si declara que defiende lo suyo. Por su parte, Manoli otra compañera nuestra, dice que ella se considera feminista, dependiendo de lo que se entienda por feminismo. Para ella es la igualdad entre hombre y mujeres.

Tras esto prosigue otra mujer del curso. Esta vez nos habla Mª Dolores, una divorciada con un niño de 2 años que valora mucho a los monitores, como educadores y como personas. Dice que va aprendiendo poco a poco para salir adelante y saber que la mujer puede hacerlo todo pero “el cambio cuesta”.

Toñi, que trabaja en un taller de empleo de la zona norte, es la coordinadora docente (una pedagoga). Nos cuenta que en algunas asignaturas tuvieron más confianza que en otras. Y que todas estas cosas te sirven para poder participar en la sociedad.

Después le tocó el turno a Raquel, una mujer “rebujá con 2 niños” que al casarse se trasladó de San Román a Las Vegas. Considera a sus compañeras como parte de su familia. Tiene intención, junto a éstas de formar una empresa de pintura decorativa en unos 5 o 6 meses. Ante esto, Manolo le pregunta que si es pobre; ella contesta: “pobre pero honrá!” Nosotros le respondimos con un aplauso.

Siguió hablando Javier, que en 1998 estudió pedagogía como nosotros. Toda su vida ha vivido en Torreblanca, pues su familia es humilde (su padre es guardacoches y su madre limpiadora). Nos comenta que “la universidad verdadera es la calle. Hay que ser conscientes de la realidad social. Se aprende del día a día, de la gente, de cómo superan metas”. Y nos pide que no juzguemos a las personas por ser de donde son. Su último trabajo fue como profesor de español en Nueva Orleáns, con alumnos afroamericanos y gracias a una beca Erasmus, fue a Finlandia donde aprendió muchas cosas. Ante esto Manolo nos aconseja que aprendamos a disfrutar de nuestro oficio.

La siguiente en hablarnos fue Laura, que durante 5 años estudió Administrativo. Nos compara lo que ella estudió con el curso. No tiene nada que ver, porque al curso no van solo a aprender algo, sino también como personas; “no hay relación profesor-estudiante, sino persona a persona”.Esta casada y tiene una niña de 4 años y señala como muy importante que siempre ha estado apoyada por su familia.

Vuelve a intervenir otra compañera nuestra. En este caso Mariana que nos comenta que tiene que trabajar porque esta viviendo en un piso de estudiante. Piensa que “hay que estudiar la vida desde todos los ámbitos posibles”.

Prosigue Manolo, esta vez hablándonos de las diferencias entre adiestrar y educar. Adiestrar es capacitar a una persona para que dé respuestas prefijadas por otro. Por el contrario, educar es capacitar a una persona para dar respuestas por sí mismo.

Continúa Susana. Está en trámites de separación y tiene 3 hijos. Se siente muy apoyada; a nivel familiar porque a ella la ven feliz y desenvuelta; y por parte del curso porque la han apoyado muchísimo en su separación. Ahora es cuando se siente más autónoma.

Manolo vuelve a preguntar a una de nosotras. En este caso a Lorena le pregunta qué le parece el trato que hay en el curso. A Lorena le encanta que la gente se trate así, de forma tan cercana. Y cree que es muy buena idea la distribución circular de las bancas de la clase y que en las nuestras debería de ser así en más asignaturas.

El siguiente en hablar es Luis que aunque es pintor, se considera formador. Enseña técnicas de pinturas, aunque antes de eso enseña técnicas humanas. Para él, la verdadera universidad es lo que ha aprendido en sus diferentes trabajos; “aprendo en la clase todos los días, de cada una de ellas porque tienen valores incalculables” y nos comenta que se levanta todos los días feliz por ir a trabajar.

Por último nos habla Mª José, la coordinadora docente. Trabaja las habilidades sociolaborales desde la reflexión. Una de las prioridades a conseguir es que las propias alumnas sean partícipes de las decisiones que se den.

Y aquí termina la presentación, porque ya nos quedamos sin tiempo. Antes, se ha dado lugar a preguntas (que no han sido muchas) y por último las alumnas del módulo de pintura le entregan a Manolo un diploma y una camiseta para agradecerles todo lo que ha hecho por ellas.

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